La educación a
distancia
Las diferencias económicas existentes
actualmente en la mayoría de los países del mundo limitan las posibilidades de
desarrollo científico, técnico, cultural y espiritual entre los distintos
grupos humanos en el seno de la sociedad. Se requiere, por lo tanto, de un
esfuerzo especial, si se aspira a la realización plena y multifacética del ser
humano. Es en este contexto que se vislumbra la educación a distancia como una
posibilidad real y eficaz para mejorar la transferencia de información y el
aprendizaje de los individuos a bajo costo.
La educación a distancia reduce, con
eficacia, los obstáculos que representan el tiempo y el espacio; en ella, se
recurre a métodos, técnicas y recursos que elevan la productividad y la
flexibilidad del proceso de enseñanza-aprendizaje. La utilización de
tecnologías como la radio, la televisión, el video, la audiocinta, los sistemas
informáticos de complejidad variable y los softwares interactivos, entre otros,
constituyen nuevas muestras de la vigencia y procedencia de los principios que
sustentan la educación para todos, el aprender a aprender, la
enseñanza-aprendizaje personalizada, la imprescindible educación para toda la
vida que, en definitiva, contribuyen a materializar, de manera concreta y
efectiva, la educación permanente o continua.1
La escuela de medicina cubana está
llamada a expandirse, si se quiere de manera ilimitada, en un formato
imperativo de universidad virtual. Sus profesionales no desarrollan una
práctica profesional restringida al área geográfica insular sino que se
proyectan a cualquier parte del orbe. Deviene entonces en una "cuasi"
obligación la formación masiva y de calidad de dichos profesionales. La
inmediatez requerida y el impacto reconocido de las innovaciones tecnológicas,
como el satélite, la simulación, las multimedias, las redes electrónicas, los
nuevos medios de generación y transmisión visual, gráfica y documental para el
uso del lenguaje extraverbal, entre otras, estimulan poderosamente la
implementación de sistemas y programas de educación a distancia en diferentes
sectores, entre ellos, la salud. Es necesario promover una manera diferente de
transferir el conocimiento biomédico y todo parece indicar que el camino más
idóneo es la educación a distancia, capaz de eliminar el estilo tradicional de
"la clase frontera" y de incentivar, al mismo tiempo, el empleo de
métodos innovadores que favorezcan un mayor protagonismo de los alumnos en su
propio aprendizaje.2